Psicología & Psicoterapia

3 actos de autocuidado que puedes hacer ahora mismo

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aliviar el estrés

Llevas una semana de mucho estrés, soportas una gran cantidad de presión y sientes que no llegas a hacer ni la mitad de las cosas que tienes que hacer. Hacia la mitad de la semana tu cuerpo empieza a notarlo. Los músculos de tu espalda empiezan a agarrotarse, arrastras un dolor de cabeza medio pero constante y llegado el miércoles, ya sólo estás esperando al viernes por la tarde cuando por fin podrás respirar un poco. Si en este momento te preguntaran: ¿Cómo podrías sentirte mejor? Quizás te vendrían a la cabeza soluciones de este tipo:

«Me daría un masaje, me iría unos días de vacaciones, quedaría con mis amigos para charlar durante horas, dejaría el trabajo, etc.»

Desgraciadamente estas soluciones al estrés cotidiano normalmente requieren de cierta planificación, mucho tiempo y pocas veces son posibles un día laboral a las tres de la tarde.

La buena noticia es que existen otras formas de relajarte, recolocarte en medio de las dificultades y recobrar cierta sensación de equilibrio. Aquí tienes algunas estrategias de autocuidado que puedes poner en práctica en cualquier momento y en cualquier lugar: 

  1. Hidrátate: Bebe agua. Lávate la cara. Lávate las manos. Beber agua manda el mensaje a tu cerebro de que no estás en peligro. Piénsalo, si estuvieras en una situación en la que tu supervivencia estuviera en peligro, lo último que harías sería pararte a beber un vaso de agua fresquita o lavarte la cara.
  2. Estírate: Conectando con el cuerpo sales de la cabeza (normalmente a 200 km por hora). Observa tu postura corporal. ¿Estás encorvado? ¿Apretando la mandíbula? ¿Con los hombros ligeramente encogidos? Rectifica tu postura y estírate. Hacer estiramientos favorece el flujo sanguíneo y es otra manera de mandarle la señal a nuestro cerebro de que podemos relajarnos, de que no estamos en peligro inminente y de que puedes relajarte. Se pueden hacer en cualquier lugar: En el trabajo, en el cuarto de baño, algunos incluso en la calle.
  3. Concentra tu atención en lo que estás haciendo ahora mismo: Sea lo que sea, traer el 100% de tu atención a lo que tienes entre manos, automáticamente baja los niveles de estrés. Comprueba: ¿Tienes 30 pestañas abiertas en tu navegador? ¿Tienes la televisión encendida, el móvil al lado y la tablet encima de las piernas? Mientras intentas terminar una tarea, ¿te asaltan pensamientos obsesivos y repetitivos sobre el poco tiempo que tienes para terminar lo que tienes que hacer? Para y quita todo lo que estés haciendo que no sea tu acción principal. Focaliza tu atención en lo que estás haciendo y silencia los pensamientos que te distraen. Si estás comiendo, céntrate en el sabor de tu comida, en su textura, en su temperatura. Si estás hablando con alguien, centra tu atención en la otra persona, en el tema del que estáis hablando (sin tener el móvil encima de la mesa con parte de tu atención puesta en si se ilumina la pantalla). Hacer una sola cosa a la vez tiene un poder calmante automático y estar a 200 cosas a la vez exactamente el contrario. ¿Te suena el Mindfulness? Tiene que ver con esto.

No puedes dar lo que no tienes, es así de claro. Si no te cuidas, no es posible que cuides bien a otros (personas o proyectos) a la larga. Simplemente no lo es. Por algún lado explotará el desequilibrio bien en forma de estrés patológico, de somatizaciones, de rabia contenida (o no tan contenida) y de insatisfacción. Si crees que puedes necesitar ayuda para atravesar el momento que estás viviendo, quizás sea así. Aquí tienes algunas claves de si la ayuda profesional podría ser necesaria.

Los pequeños actos de autocuidado son como capas protectoras ante el estrés del día a día. Aislados, pueden parecer demasiado triviales y simples. Cuando se ponen en práctica de manera conjunta y consistente, tienen un impacto muy poderoso en el bienestar psíquico y físico.

Aquí te dejo una lista de otras formas de cuidarte que no requieren dejarlo todo e irte a una playa desierta con un mojito

  1. Duerme suficiente
  2. Deja el móvil o las pantallas cuando no sea necesario
  3. Despiértate con suficiente tiempo como para poder ducharte o desayunar tranquilamente
  4. Mantén tu casa o tu lugar de trabajo ordenado. El orden exterior lleva al orden interior, con o sin Marie Kondo 😉
  5. Ve películas o series de televisión que te hagan sentir bien
  6. Haz una lista cada noche de aquello por lo que das las gracias de ese día
  7. Muévete: Haz deporte, baila, camina
  8. Cuida tu alimentación, aunque sea con pequeñas y sencillas mejoras
  9. Pon límites si necesitas proteger tu tiempo libre o tu energía física o psicológica
  10. Haz algo con las manos: Cocinar, escribir, pintar, ordenar

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4 comentarios

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