Psicología & Psicoterapia

El riesgo de vivir ensimismado

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¿Nos miramos demasiado a nosotros mismos?

“Tengo que pensar en lo que yo necesito”.
“Merezco”.
“Quiero”.

Estas frases resuenan en nuestras cabezas cada día. Pero ¿en qué piensas mayoritariamente a lo largo del día? ¿Piensas mucho en ti mismo? Quizás te preocupas por no ser lo suficientemente bueno, por lo mal que te sientes, o te consumen sentimientos de culpa. O quizás te ilusiona un futuro que imaginas solo para ti.

Con el auge de la psicoterapia y el bienestar personal, cada vez más personas buscan comprenderse mejor y sanar sus heridas. Sin embargo, también surge una pregunta importante: ¿podría estar llevándonos a centrarnos demasiado en nosotros mismos? ¿Podemos caer en un exceso de introspección?

El riesgo del ensimismamiento

La RAE define el ensimismamiento como el “recogimiento en la intimidad de uno mismo, desentendido del mundo exterior”. Es aquí donde aparece la inquietud: ¿existe un punto en el que la reflexión sobre uno mismo se convierte en una cárcel mental? Bertrand Russell, en La conquista de la felicidad, advierte sobre los peligros de vivir en un estado de introspección constante:

“Deberíamos proponernos tanto en la educación como en nuestros intentos de adaptarnos al mundo, evitar las pasiones egocéntricas y adquirir afectos e intereses que impidan que nuestros pensamientos giren perpetuamente en torno a nosotros mismos.»

Bertrand Russell

Russell señala que el ensimismamiento genera un sufrimiento profundo, pues nuestros pensamientos se vuelven un círculo cerrado que gira en torno a nuestras propias necesidades y temores.

El verdadero bienestar surge cuando podemos mirar hacia afuera y participar activamente en la vida, sin quedar atrapados en nuestras preocupaciones internas.

“Casi nadie es capaz de ser feliz en una cárcel, y las pasiones que nos encierran en nosotros mismos constituyen uno de los peores tipos de cárcel.”

Bertrand Russell

El autoconocimiento, si no se equilibra con una apertura hacia los demás, puede convertirse en una trampa mental, donde nuestras preocupaciones y deseos personales ocupan todo nuestro espacio mental.

Introspección equilibrada: El arte de mirar dentro y fuera

La introspección, bien utilizada, es una herramienta poderosa. Nos ayuda a comprendernos mejor, a sanar y a tomar decisiones más conscientes. Pero, como cualquier herramienta, su valor depende del equilibrio. Necesitamos momentos de autoexploración, pero también de apertura hacia los demás y el mundo exterior.

La psicoterapia es un recurso clave para encontrar este equilibrio. Nos ofrece el espacio para procesar nuestras emociones y desafíos, pero también debe fomentar el desarrollo de una visión más amplia, donde los demás no desaparezcan de la ecuación. Y aquí está la clave. He oído muchas veces a quienes ven la terapia y el movimiento de la salud mental como una forma de seguir acariciando nuestro ego. No puedo evitar estar al menos en parte de acuerdo porque los mensajes que llenan las redes sociales son fáciles, sencillos y egosintónicos.

El enfoque centrado obsesivamente en el “yo” desvía la atención y anula  lo que también nos enriquece: nuestras relaciones, nuestras contribuciones y el interés genuino por los demás.

El narcisismo sano: Autocuidado con conexión

Es útil pensar en la diferencia entre un narcisismo sano y uno más extremo. El narcisismo sano nos permite valorarnos a nosotros mismos y cuidar de nuestras necesidades emocionales, pero sin perder de vista a quienes nos rodean. Esta autoestima saludable se nutre de la atención y el afecto de los demás, y nos permite desplegar nuestros talentos de manera auténtica.

Sin embargo, el narcisismo patológico, en el que nuestras necesidades se colocan siempre por encima de todo, puede llevarnos al aislamiento. Como escribe Séneca en Cartas a Lucio:

“Tú debes vivir para alguien distinto si quieres vivir para ti mismo”.

Séneca

Esto nos recuerda que la verdadera satisfacción no se encuentra en centrarse únicamente en nuestras propias necesidades, sino en vivir de manera conectada con los demás.

Conclusión: Introspección con propósito

Vivir de manera consciente implica mirar hacia adentro para conocernos mejor, pero también levantar la mirada para conectar con los demás, compartir, y contribuir a algo más grande que nosotros mismos.

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